En total, fueron 28 casillas, incluyendo las contiguas, las que fueron quemadas o no tuvieron las condiciones para su instalación. Un 20% de las casillas no funcionaron, a pesar de eso las elecciones fueron validadas.

En las ciudades de Tlapa de Comonfort y Tixtla, el gobierno creó grupos de choque para generar confrontación con el pueblo organizado, en la primer ciudad lesionaron a maestros y gente organizada, en algunos barrios de Tixtla recibieron a pedradas al pueblo organizado que conforma el Comité Municipal Popular, resultando varias perdonas heridas.

La legitimación del proceso de selección de gobernantes, es primordial para mantener muchos negocios turbios. A pesar de la destrucción de casillas y miles de boletas electorales, el instituto nacional electoral ha declarado válidas las elecciones en el Municipio de Tixtla.

El gobierno federal impuso con impunidad como presidente municipal a Saúl Nava Astudillo, candidato del PRI, vinculado con el crimen organizado y promotor del grupo de choque que encabezó las agresiones en contra de los brigadistas que impulsaban el boicot en Tixtla.