El pasado domingo primero de septiembre (#1SMX), miles de personas se movilizaron en repudio al primer informe de gobierno de Enrique Peña Nieto y en contra de las reformas estructurales -particularmente la educativa- que este personaje está imponiendo a la sociedad mexicana, en detrimento siempre de los que menos tienen; sin embargo ahora no sólo serán a ellos. El golpe asestado por la clase política mexicana tiene como objetivo también la clase media que en los últimos años ha gozado de una cierta estabilidad económica y social, lo que les ha hecho caer en una fantasía primermundista.
Bajo este escenario, en las calles encontramos un desproporcionado despliegue táctico policial (alrededor de 20 000 efectivos), el cual fue permitido por el nuevo protocolo de actuación policial para el control de multitudes de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, encabezada por Miguel Ángel Mancera. El pavimento gris, se torno azul; el gobierno local, así como el federal, desplegaron un operativo con un alto contenido de provocación, control e intimidación hacía los manifestantes; todo esto permitido por el artículo 362 del código penal del D.F. (que hace referencia al delito de ataques a la paz pública), dando luz verde a detenciones arbitrarias, impedimento del libre tránsito y manifestación -a través de cercos policiales, encapsulamientos individuales y de multitudes, así como violencia física en contra de los manifestantes que sólo hacían uso de ese derecho-.
De esta manera, con el siguiente fotoreportaje hacemos uso de nuestro legítimo derecho a la información y libertad de expresión, además, denunciamos el claro mensaje intimidatorio hacía los medios libres, independientes y críticos. Con este trabajo también queremos hacer notar las provocaciones, intimidaciones y ataques en serie, alrededor de la jornada de movilizaciones del #1SMX. Sin duda este escenario de represión busca desmovilizar, callar e invisibilizar las muestras de rabia que el pueblo ha dado en fechas recientes.