Los policías y los mismos que nos detuvieron. Sí me amenazaron de muerte, sí ya vino mi hermana a verme, sí he comido, no he dormido bien todas las noches, hay mucha vigilancia. Me siento triste. Les quiero decir que se cuiden mucho de esa gente, sí pero es caso que yo no hice. No hemos hablado con nuestro defensor. Nos sacaron de Miahuatlán en helicóptero al aeropuerto para trasladarnos a Tepic, Nayarit, subimos en el avión, nos regañaban bien feo, nos bajaron a golpes, nos gritaban bien feo y llegamos aquí. Nos metieron a un lugar para quitar la ropa que traíamos, nos desnudamos delante de las mujeres oficiales, y ya de ahí nos pasamos a un lugar donde nos tomaron los nombres, firmamos, pusimos huellas, tomaron fotos y ya de ahí nos pasaron a la celda; ahí no puede uno ni hablar nada. Por eso yo le pido a usted que nos ayude para salir de aquí lo más pronto posible y gracias de antemano.”
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