Hicimos escala en la casa que cobijó a más de veinte personas aquella mañana del 4 de mayo. Al agradecer este apoyo solidario, el compañero Ángel Benhumea recordó que la policía se llevó a muchos compañeros y compañeras que se encontraban ahí, y que otros tantos lograron engañar a los perros entrenados para husmear y localizar a las personas.
Bloqueamos la carretera durante una hora mientras colocamos la corona y una gran cruz junto a la pequeña cruz que siempre está ahí. Entre lágrimas, sonrisas, consignas y cohetes, los padres, compañeros y compañeras de Alexis recordaron la valentía y compromiso del joven estudiante de Economía, bailarín y adherente a La Otra Campaña. Se recordó que él había ayudado a planear el primer “Otro primero de mayo” y varias otras acciones con el Sector de Trabajo. La compañera Edith Rosales recordó que en una asamblea del Sector el día anterior, hubo una discusión sobre la cuestión de ir a Atenco o no. El compañero Alexis hizo un fuerte argumento para asistir en solidaridad con los compañeros bajo ataque. Dijo el compañero Heriberto Salas que la sangre de Alexis da fuerza a la lucha por la tierra y la libertad de los 12 compañeros que quedan presos.
A pesar de haber postergado la marcha en el DF debido al estado de excepción, las actividades en Atenco no se pararon. En la tarde se hizo una caravana motorizada por las comunidades aledañas para volantear y pegar carteles y para avisar de la marcha en el DF el 4 de junio.